Los maniquíes
El juego de esta semana es más sencillo que el de la anterior. Caperucita Rusa os muestra una foto que ha de reflejar el final de vuestra historia y vosotros, echándole mucha imaginación os inventais el comienzo y el nudo de la historia. Voy a poneros un ejemplo y os dejo el camino libre.
Jennifer y Vanesa eran dos hermosas jovenes que dedicaban el día completo a adorar su propia belleza, jamás tuvieron pareja ni amigos pues no tenían tiempo mas que para ellas mismas. Aun siendo tan bellas no se conformaban con su cuerpo y rostro y decidieron hacer un pacto con el diablo para que a cambio de realizar maldades consiguieran ser todavía más bellas. El diablo aceptó y encargó cinco maldades a cada una de las jóvenes. Ambas acataron las órdenes del diablo y el diablo cumplió su palabra. Las hizo más bellas pero ellas se veían horribles, y es que lo eran ciertamente. Para el diablo la belleza era la fealdad, y al convertirlas es más bellas de lo que eran acabó convirtiéndolas en horribles monstruos. Ante tal hecho, las dos jóvenes, acostumbradas a no pensar, no pensaron y decidieron cortar de raíz con aquel problema. Pidieron al diablo que hiciera desaparecer aquello que se suponía bello pero que en realidad era horrible y el diablo resolvió el problema cortando sus cuatro extremidades y sus cabeza, por las cinco maldades realizadas y por los cinco cambios que produjo en sus cuerpos. Desde aquel día, las dos jóvenes caprichosas son maniquíes y aun sin tener la capacidad del habla y del pensamiento, pues no tienen cabeza, se sienten orgullosas de que todo el mundo las mire al pasear.
Jennifer y Vanesa eran dos hermosas jovenes que dedicaban el día completo a adorar su propia belleza, jamás tuvieron pareja ni amigos pues no tenían tiempo mas que para ellas mismas. Aun siendo tan bellas no se conformaban con su cuerpo y rostro y decidieron hacer un pacto con el diablo para que a cambio de realizar maldades consiguieran ser todavía más bellas. El diablo aceptó y encargó cinco maldades a cada una de las jóvenes. Ambas acataron las órdenes del diablo y el diablo cumplió su palabra. Las hizo más bellas pero ellas se veían horribles, y es que lo eran ciertamente. Para el diablo la belleza era la fealdad, y al convertirlas es más bellas de lo que eran acabó convirtiéndolas en horribles monstruos. Ante tal hecho, las dos jóvenes, acostumbradas a no pensar, no pensaron y decidieron cortar de raíz con aquel problema. Pidieron al diablo que hiciera desaparecer aquello que se suponía bello pero que en realidad era horrible y el diablo resolvió el problema cortando sus cuatro extremidades y sus cabeza, por las cinco maldades realizadas y por los cinco cambios que produjo en sus cuerpos. Desde aquel día, las dos jóvenes caprichosas son maniquíes y aun sin tener la capacidad del habla y del pensamiento, pues no tienen cabeza, se sienten orgullosas de que todo el mundo las mire al pasear.
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